martes, 30 de julio de 2013
Lloraba afuera de la casa
Le dijo: "ándate a la playa
y no vuelvas hasta que
Dios te llame" Nuboseaba.
La puerta estaba abierta,
no murmullos, sino tensión
en los cuellos de los familiares;
¿alguna tragedia? ¿alguna deuda
horrorosa? Le dijo: "ándate a la
casa de la playa y no vuelvas
hasta que Dios te de una señal"
La miraba a los ojos sollozando,
con una expresión de terror des-
mesurado; tiritando casi, se alejó
caminando de espaldas, hizo parar
un taxi, y partió.
"¡La Clemencia desapareció!",
se oyó gritar a una madre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario