viernes, 12 de octubre de 2012



te comes las narices: un gesto antiheroico
el cura suicida te lo recalcó a la salida de la sacristanía
"no te veas la cara al espejo luego de leer el salmo 13"
recuerdos nefastos que se cruzan
como hormigas apolilladas
o atacadas por las polillas
una terrible mixtura de recados
de malas suertes
que escuchas con dedicación
pero que no crees
y esa maldita superstición
que te supera hasta el hartazgo
y encuentra en el ocaso
el mejor y más oportuno  momento
para llevarse a cabo

poesía son voces
y el trabajo gris, una guillotina
que ahorca más que corta
la noche abre todas sus puertas
y de las costillas surge un certero movimiento
que los ángeles detectan
llega la palabra, llega el rezo, te lo regalan
y ya estás más tranquila
bendita ciudad
tus paredes me sobrecogen
y calman mi miedo dadaísta
no hay horas que no cambien los minutos
ni aparadores en donde las mujeres más bellas
se asomen a mirarte y darte alguno que otro consejo
para que sigas un curso más o menos delicado

delicadeza de muchachas tristes
la más pura felicidad






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