jueves, 18 de octubre de 2012



AL REVÉS



Que le envidien a Rimbaud el cese de la acción
no es sino la envidia que sienten por su apertura a la escritura
La impotencia del poeta es la acción misma
un disfraz marcado, y la flojera inmensa de cambiarlo
La curiosidad comienza cuando el que quiere comunicar
habla del ello de la manera más precisa y gratuitamente sublime
(a cambio de excesos, curas pacientes que se escuchan confesarse, o poetas que se callan)
Desmantelen a sus psicólogos y psiquiatras, y entiendan, todos quieren enmudecer sus mañoserías
El poeta sintió el rumor del mundo antes que el suyo
Despreocupación dijo Einstein!



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